¿Qué ocurriría si pudiéramos echar el guante a reservas de metal suficientes para todas nuestras necesidades durante siglos? Seguramente la economía volaría por los aires. La distorsión sería tan grande que el sistema no la soportaría.
Por lo tanto, quizás debería inquietarnos que la NASA planee enviar una misión a un asteroide valorado en 10.000 cuatrillones de dólares (según el sistema anglosajón). Para entendernos, un cuatrillón de dólares son 1,000,000,000,000,000$. Teniendo en cuenta que la economía terrestre en su conjunto asciende a 73,000,000,000,000$, hablamos de una cantidad bastante elevada y difícil de imaginar.
El asteroide en cuestión es el bautizado como 16 Psyche, y se encuentra entre Marte y Júpiter. Está formado principalmente de hierro, pero también contiene restos de níquel, oro, platino, cobre y otros metales preciosos. Cualquier podría pensar que si somos capaces de explotarlo, nadaríamos en la abundancia, pero no es así. El valor de un objeto depende de la cantidad del mismo que tenemos disponibles.
Si un diamante es tan caro -hablamos de precio ahora- es porque es una mineral escaso. Lo mismo ocurre con el dinero: con un billete de 500€ puedes comprar muchas cosas porque no todo el mundo tiene un puñado de ellos. Si la inflación disparase los precios, perdería valor.
También devaluaría instantáneamente los bonos del tesoro, títulos de deuda y acciones de cualquier empresa. Aunque actualmente el patrón oro ha sido abandonado, las reservas federales aún respaldan sus respectivas economías nacionales con este metal tan preciado. Por lo tanto, el 16 Psyche es un asteroide con capacidad para destruir la economía de la Tierra.
Físicamente no supone una amenaza, pues se mueve en el cinturón de asteroides de forma estable y predecible. Mide 200 km de diámetro, así que podemos dar gracias por no encontrarnos en su camino. Su riqueza mineral es similar a la que encontraríamos en el núcleo de nuestro planeta si pudiéramos llegar a él. Los metales del 16 Psyche han quedado al descubierto debido a su pasado, y es que en realidad se trata de un protoplaneta cuyas capas superiores quedaron destruidas durante la formación del Sistema Solar.
No existe la tecnología necesaria para explotar sus recursos, pero sí para enviar expediciones científicas. La NASA quiere enviar una sonda espacial en 2023 para que alcance el meteorito en 2030, siete años después. Tomará muestras y volverá para finales de la década de los 30 de este siglo, así que tendremos que esperar para saber qué nos espera más allá de Marte.
Mientras tanto, los proyectos para colonizar nuestro planeta vecino siguen su curso. Elon Musk está completamente entregado a ello, aunque las dificultades técnicas son titánicas. No obstante, le alegrará saber que además de metales preciosos, el 16 Psyche también contiene agua. La NASA cree que podría servir como futura parada o estación intermedia de cara a viajes espaciales tripulados.
Fuente e imagen: ComputerHoy.
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