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18/9/14

¿Por qué los nazis no quisieron destruir Cracovia?

Interesante artículo que dejaba un familiar por las redes sociales.

La Catedral junto al castillo, donde residía el Gobernador General Hans Frank durante la ocupación alemana nazi, en la colina de Wawel en Cracovia Foto: Ángel López Peiró

Si Cracovia es hoy una de las ciudades más bellas en Europa es en gran parte porque no sufrió daños significativos durante la Segunda Guerra Mundial y pudo conservar su legado histórico y arquitectónico, justo lo contrario de lo que sucedió en todas las otras grandes ciudades polacas y sobre todo en Varsovia, la ciudad más destruida durante la contienda en toda Europa.
Cracovia no sufrió casi destrucción durante la guerra en primer lugar porque las fuerzas de la Alemania nazi tomaron la ciudad el 6 de septiembre de 1939 sin tener que hacer frente a ninguna resistencia armada. Unos días antes, al inicio de la operación de invasión de Polonia el 1 de septiembre, la aviación alemana dejó caer algunas bombas sobre la ciudad que no causaron grandes daños.
En segundo lugar, porque la ciudad salió bien parada del conflicto porque nunca fue bombardeada por los aliados. Pero ante todo, porque después de una ocupación alemana que duró 1.869 días y durante la cual Cracovia fue la capital de la Polonia ocupada, el Generalgouvernment, los alemanes abandonaron la ciudad rápidamente en dirección suroesteel 17 de enero de 1945 con ante la inminente llegada del Ejército Rojo, que entró en la ciudad al día siguiente. No se libró ninguna batalla entre soviéticos y alemanes en la ciudad y los ocupantes únicamente destruyeron los puentes sobre el río Vístula antes de escapar.
Es rotundamente falso, como se lee habitualmente en diferentes fuentes bibliográficas y en algunos medios, que  los ocupantes nazis tuvieran fecha y hora para destruir la ciudad, que en 1944 ya habieran minado casi todos sus barrios y los monumentos más importantes, y que una afortunada maniobra de un general ruso evitara la destrucción de Cracovia. Esta historia fue un mito creado por los soviéticos y alimentado por la historiografía de la Polonia comunista y que ha trascencido hasta la actualidad.

Durante la guerra en Cracovia, teniendo en cuenta la excepcionalidad de la situación, la vida también transcurrió para la mayoría de polacos que no escaparon con una relativa normalidad, excepto para la población judía y los prisionros políticos, en comparación con el resto del país. Muchos refugiados que llegaron a la ciudad de diferentes partes en 1945 quedaron sorprendidos al ver la ciudad con toda su majestuosidad casi inalterada por la guerra.
Los alemanes nazis en ningún momento durante la Segunda Guerra Mundial tuvieron la más mínima intención de destruir Cracovia por las siguientes razones:
  • Los alemanes nazis consideraban Cracovia como una antigua ciudad histórica alemana (urdeutsche Stadt) basándose en el hecho verídico histórico que existió una importante colonia alemana en la ciudad durante siglos y la lengua alemana compitió durante mucho tiempo con el polaco como lengua de uso. Los ocupantes se esforzaron en justificar esta tesis y para tal fin crearon el Instituto para el Trabajo Alemán en el Este (Institut für deutsche Ostarbeit) con la labor de implantar y activar las costumbres alemanas en Cracovia. Las calles recibieron nombres alemanes–La Plaza del Mercado Principal pasó a ser la Adolf Hitler Platz–y los monumentos y símbolos polacos  más representaticos fueron destruidos.
  • Después de la destrucción causada por una invasión tártara, la ciudad fue refundada como tal y reconstruída por orden del rei Boleslavo V el Casto, según el derecho urbano alemán de Magdeburgo en 1257, que otorgó a su centro histórico la característica distribución de calles cuadriculada con una gran plaza en el centro que se conserva hoy en día. En otras palabras lo significativo aquí es que la población recibió el estatus de ciudad alemana.
  • Hitler quería que tras la guerra Cracovia fuera la capital de un nuevo estado polaco germanizado con mucha población alemana y títere bajo el control del Tercer Reich pero sin integrarse en este, y por eso decidió establecer en esta ciudad el gobierno general de la Polonia ocupada. Los nazis desarrollaron un ambicioso proyecto urbanístico para Cracovia que imitaba algunos aspectos de Berlin pero que no tuvieron tiempo para llevar a cabo. Se pueden ver los planos de algunos de los proyectos en el antiguo cuartel de la Gestapo en la calle Pomorska, actualmente una sede del Museo de Historia de la Ciudad, centrada en los tiempos de la Cracovia ocupada por el régimen alemán.
  • Los alemanes nazis asociaban la capital Varsovia a la polonidad mientras que irónicamente Cracovia–la capital histórica, espiritual y cultural de Polonia lugar de residencia en vida y muerte de los reyes, para los polacos–era para ellos un símbolo de germanidad.
  • En Cracovia no tuvo lugar una rebelión a gran escala como el Levantamiento de Varsovia que generara en las autoridades nazis un deseo de venganza y destrucción total–a causa de una mayor presencia de administradores y policías alemanes, un mayor número de infiltrados y delatores, y un mala organización de la resistencia. Sin embargo, hay que matizar que sí que existía en Cracovia una importante actividad de movimientos de resistencia clandestinos que llegó a ejecutar acciones concretas. Por ejemplo, una de ella fue un ataque con bomba el 22 de diciembre de 1942, con importante participación de la resistencia judía, a la cafetería Cyganerja en la calle Szpitalna donde se reunían comandantes nazis de alto rango. 11 de ellos resultaron muertos.
  • Aunque no hay estudios historiográficos serios sobre esta cuestión, algunas fuentes apuntan a quelos alemanes nazis se tomaron en serio la leyenda o creencia hindú del chakra de Wawel y querían protegerlo para beneficiarse de él. Según esta creencia que dió a conocer un visitante hindú en Cracovia en los años 1920, en los restos de la iglesia de San Gereón escondidos detrás de la pared del extremo noreste del patio el Castillo de Wawel se encuentra uno de los 7 chakras en la Tierra: una piedra que emana una poderosa energía espiritual. Curiosamente, los creyentes en esta historia, que desde todo el mundo se acercan a menudo a ese rincón del patio del castillo,  defienden la idea que fue el chakra de Wawel el que salvó a la ciudad de la destrucción durante la Segunda Guerra Mundial.
  • Ni siquiera las sinagogas del barrio judío, Kazimierz, fueron destruídas, aunque sí saqueadas, a pesar de que casi la totalidad de los 60.000 judíos residentes en la ciudad–un tercio de la población– fueron exterminados. En realidad los nazis querían dejar el barrio de Kazimierz entero como si fuera un museo o parque temático testimonio de la presencia judía en la ciudad durante más de 800 años, como prueba de la aniquilación de lo que ellos consideraban una raza subhumana. El aspecto arquitectónico de este barrio en los años 1930 difiere poco del actual y del que Steven Spielberg mostró en La Lista de Schindler en 1993.
Fuentes:

- Información facilitada durante una visita guiada en Cracovia dirigida por la investigadora polaca norteamericana Dra. Agnieszka Legutko, responsable del programa de estudios de lengua yiddish en la Universidad de Columbia en EE.UU. Datos basados en su propia investigación.
- A History of Kraków for Everyone. John M. Malecki. Wydawnictwo Literackie 2008
- Cracovia Legendaria, Historias Conocidas y Desconocidas. Ewa Basiura. Storyteller 2006
- God’s Playground: A history of Poland. Revised Edition. Norman Davies. Oxford University Press 2005
- Iron Curtain. The Crushing of Eastern Europe 1944-1956. Anne Applebaum Penguin Books 2012

Imágenes: lapoloniadelospolacos

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