“Definitivamente, el ISON no va a dar un espectáculo visual”, afirma José Luis Ortiz, científico del Instituto de Astrofísica de Andalucía perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAA- CSIC). En estos días, cuando el mundo entero casi estaba de luto por su apagamiento, el cometa va y se vuelve a encender para la sorpresa, incluso, de la comunidad científica. “Parece que queda algo, pero sin hielo y sin volátiles. Hasta que no se aleje lo suficiente del Sol no podremos observarlo desde la Tierra con telescopios, algo que sucederá a mediados de diciembre”, explica Ortiz.
No será el show espacial de estos cien años, pero sin duda sí ha sido, y de hecho es, un cuerpo muy especial por varios motivos: el primero de todos es que “es un cometa dinámicamente nuevo que proviene de la nube de Oort, un objeto nuevo que no había pasado por las cercanías del Sol”, dice Ortiz, por lo que visto de lejos era como una gran bola de nieve que no había sido chamuscada por el calor del astro.
Otra característica por la que el ISON se ha hecho famoso, quizá antes de tiempo, es porque su órbita es muy cercana al Sol, lo que aportaba dos posibilidades fascinantes a nivel científico. “Debido al diámetro del Sol, su propia fuerza podía atraer al cometa y romperlo. Y la otra opción era que al pasar tan cerca, la cantidad de radiación solar lo desintegrara y se pudiera observar ese proceso en un cuerpo con un núcleo especialmente grande”, cuenta el astrofísico.
En definitiva, tanto como si se desintegraba como si no, el ISON prometía como cometa, pero para muchos científicos los medios de comunicación causaron muy pronto un revuelo que ha generado unas expectativas que no eran del todo certeras: ¿qué le ha pasado al cometa? ¿Por qué ese declive? Cuando se descubrió estaba muy lejos del Sol y ya era detectable y visible. “En las valoraciones iniciales se pensaba que podría ser más brillante que la luna llena”, explica Ortiz, pero esto era sólo una conclusión muy prematura a la que se había llegado, como dice el científico, “siguiendo unas leyes genéricas empíricas” según lo que se observaba a tanta distancia.
Aunque casi todos los cometas son periódicos, el ISON también es especial en esto y marca una excepción. “No se sabe si los cuerpos que provienen de la nube de Oort son periódicos, y este en concreto viene de tan lejos y con un período tan largo que cuando se aleje es posible que tenga tales perturbaciones que no vuelva a pasar por el Sistema Solar”, dice el científico del IAA.
No ha brillado más que luna llena, lo que sí ha hecho ha sido mucho ruido a pesar de venir desde tan lejos.
Fuente e imagen: Diario Ideal.
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