
Tres de estos ecosistemas de Jaén gozan de la máxima protección al estar en la lista Ramsar
La Laguna Grande de Baeza y las lagunas Honda y del Chinche en Alcaudete son tres de los 18 humedales jienenses que gozan de la máxima protección por encontrarse dentro de la lista Ramsar de protección internacional que ha sobrepasado ya los 40 años, lo que supone hablar de más de 800 hectáreas de terrenos ocupados por este ecosistema que gozan en Jaén de la máxima protección.
Laguna Grande es considerada paraje natural en virtud de la Ley 2/1989 de 18 de julio, por la que se
aprobó el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía. Además, se encuentra incluida en la lista Ramsar desde el 25 de junio de 2009. Se ubica entre los humedales de las campiñas y vegas del Guadalquivir, con un sistema morfogenético aluvial/antrópico y una superficie de 206 hectáreas, de las que su cubeta ocupa 18. Su valor ambiental reside en que a pesar de su génesis artificial y del manejo de su régimen hídrico, este espacio contribuye a la diversificación de ambientes palustres. Además, posee interés como hábitat para la avifauna acuática por el mantenimiento de una lámina de agua durante el verano, período estacional en el que los humedales naturales de la provincia suelen encontrarse secos.
aprobó el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía. Además, se encuentra incluida en la lista Ramsar desde el 25 de junio de 2009. Se ubica entre los humedales de las campiñas y vegas del Guadalquivir, con un sistema morfogenético aluvial/antrópico y una superficie de 206 hectáreas, de las que su cubeta ocupa 18. Su valor ambiental reside en que a pesar de su génesis artificial y del manejo de su régimen hídrico, este espacio contribuye a la diversificación de ambientes palustres. Además, posee interés como hábitat para la avifauna acuática por el mantenimiento de una lámina de agua durante el verano, período estacional en el que los humedales naturales de la provincia suelen encontrarse secos.
La Laguna Grande se localiza al suroeste de la localidad de Baeza, a cuyo término municipal pertenece, y en las proximidades del río Guadalquivir. Situada a 380 metros de altitud sobre depósitos de terraza fluvial, tiene un origen antrópico, quizás aprovechando para su construcción un pequeño humedal natural.
Presenta un contorno geométrico configurado por muros que cierran la cubeta principal de la laguna y una balsa de regulación adyacente, siendo de mayor altura el muro que delimita su margen en dirección norte-este. Por su extremo suroeste se extiende un denso carrizal que queda anegado en épocas de precipitaciones. El origen y la permanencia de esta laguna han estado asociados a la actividad agrícola, utilizándose como embalse de aguas para el regadío de los cultivos de la zona. Es la más extensa entre las lagunas de la provincia y puede llegar a ser la más profunda cuando alcanza su máximo nivel de inundación.
A pesar de su carácter permanente, experimenta notables fluctuaciones de nivel derivadas de la regulación de los aportes superficiales, siendo muy apreciables estas variaciones en la ocupación superficial de la lámina de agua.
La Laguna Grande se alimenta, principalmente, a través de acequias o conducciones que realizan tomas de agua del río Torres. La pequeña balsa situada más al norte permite el mantenimiento de una lámina de agua permanente en la cubeta principal a través de una conducción que las comunica; éstas quedan conectadas superficialmente sólo en períodos de alto nivel del agua.
Este humedal artificial presenta una vegetación predominantemente de olivares, y en menor medida por encinas, álamos blancos, fresnos, tarays, y de forma aislada alguna acacia. En cuanto al humedal, presenta vegetación típica palustre de carrizo, espadaña (enea), y junco.
Entre su fauna destacable se encuentran las aves acuáticas como la polla de agua, la cerceta común, el pato cuchara, el ánade real, el ánade friso, el zumpullín chico y el porrón común. En aves no acuáticas encontramos el pájaro moscón, la cigüeña, el chorlitejo chico, carbonero común, curruca capirotada, curruca cabecinegra, mirlo común, pinzón vulgar, cernícalo común, ratonero común, águila calzada y aguilucho lagunero. También podremos encontrar mamíferos como jinetas, tejones, ciervos, jabalíes y conejos. Y en cuanto a anfibios, destacan el gallipato, la ranita meridional, la ranita de San Antón, la rana común y el sapo común.
La laguna se encuentra localizada en un área dedicada al cultivo del olivo, siendo la actividad agrícola el principal factor de tensión a considerar en este enclave. También merece destacarse el acelerado proceso de colmatación de esta laguna, como se ha podido constatar por la notable acumulación de sedimentos en el fondo de su cubeta, muy sueltos y de fácil resuspensión.
El paraje natural de la Laguna Grande tiene un intenso aprovechamiento recreativo, dada su proximidad al núcleo de Baeza y la existencia de equipamientos turísticos.
Laguna del Chinche
La Laguna del Chinche, por su parte, es un paraje natural ubicado en el término municipal de Alcaudete. Fue declarada reserva natural en virtud de la Ley 2/1989 de 18 de julio y entró a formar parte del Ramsar el 16 de diciembre de 2005. La superficie de la cubeta es de 3 hectáreas y la de la cuenca mide 104,73 ha. Se encuadra dentro de los humedales de las campiñas y vegas del Guadalquivir, con un sistema morfogenético kárstico.
A pesar de la grave alteración física y funcional de esta depresión inundable por drenaje, ha sido posible su recuperación para la diversificación de ambientes palustres en una provincia que ha sufrido una notable pérdida de humedales.
La laguna del Chinche se localiza a unos 460 metros de altitud, en el límite de las zonas externas de las Cordilleras Béticas con la Depresión del Guadalquivir, en el extremo suroccidental de la provincia de Jaén. Desde un punto de vista litológico, este enclave húmedo se sitúa en la unidad conocida como Unidad Olitostrómica, de edad Neógeno, que engloba grandes olistolitos de material triásico removilizado; aparecen arcillas, margas y yesos, con núcleos aislados de materiales calcáreos.
Se alimenta exclusivamente por escorrentía superficial, ya que los materiales de su cuenca de drenaje son poco permeables. En el entorno de la reserva natural los únicos materiales susceptibles de constituir acuíferos son las formaciones carbonatadas del Subbético y las formaciones detríticas neógenas y cuaternarias, estas últimas de escaso desarrollo.
En lo que respecta a la fauna, se pueden encontrar especies como el porrón común, pato cuchara, ánade real o pato colorado, entre otras. En cuanto a la flora, existe poca vegetación palustre en la zona; en la orilla de la laguna aparecen escasos tarajes y juncos.
El aprovechamiento dominante en el entorno de este enclave húmedo es el agrícola, con cultivos de olivo que ocupan completamente las laderas vertientes y se extienden hasta el nivel de base de la laguna. La escasa cobertura vegetal del suelo del olivar favorece los procesos erosivos en la cuenca y, consecuentemente, la colmatación de la cubeta.
Laguna Honda
También la reserva natural Laguna Honda está en Alcaudete en virtud de la Ley 2/1989 de 18 de julio y entró a formar parte de Ramsar el 16 de diciembre de 2005. La superficie de la cuenca es de 133,34 hectáreas, mientras que su cubeta mide 5 ha. Posee un sistema morgenético kárstico, de los humedales de las campiñas y vegas del Gualdaquivir. A su especial interés como laguna salina se añade su importancia en la diversificación de ambientes palustres en una provincia. Es el humedal natural más persistente en la provincia.
La laguna está situada a 460 metros de altitud, y muy próxima a la Laguna del Chinche. Se enmarca en un área de topografía ondulada en la que destacan las elevaciones que bordean el sur de la laguna. Desde un punto de vista litológico, aparecen en el área arcillas, margas y yesos triásicos, con núcleos aislados de materiales carbonatados.
Esta depresión se alimenta principalmente por aportes de escorrentía superficial, contando con un arroyo estacional. En el entorno de este espacio protegido los únicos materiales susceptibles de constituir acuíferos son las formaciones carbonatadas y los sedimentos detríticos neógenos y cuaternarios. Las formaciones detríticas cuaternarias tienen escaso desarrollo, por lo que sus acuíferos presentan un interés local y restringido.
Su cubeta, originada por disolución kárstica en los materiales evaporíticos triásicos, tiene una morfología ovalada, con su eje mayor en dirección norte-sur. Presenta orillas de suave pendiente por su margen oriental y, especialmente, por su extremo norte, donde las variaciones superficiales de la lámina de agua son más acusadas; cuando desciende su nivel quedan al descubierto amplias zonas de playa.
La Laguna Honda puede ser considerada un sistema semipermanente, aunque como el resto de los humedales naturales de la provincia presenta una estrecha dependencia de la distribución y abundancia de las precipitaciones y del balance precipitación/evaporación a lo largo del ciclo anual, experimentando apreciables fluctuaciones en su nivel de inundación.
La evolución del grado de mineralización de sus aguas, que responde a las oscilaciones en el volumen de agua almacenada, pasa de concentraciones hiposalinas hasta concentraciones hipersalinas, que se alcanzan en los períodos más cálidos y con más bajo nivel de inundación. En estos períodos de estiaje se forman en las orillas depósitos blanquecinos de las sales precipitadas por evaporación. Debido al elevado contenido en sales de esta laguna, en los períodos de estiaje o bajo nivel del agua se producen incrementos muy acusados de concentración iónica.
La zona está circundada por terrenos agrícolas de olivares de secano, destacando su vegetación palustre perilagunar de eneas, carrizos y juncos. Una de las variedades vegetales primitivas y que aún se conservan en esta reserva es el taraje.
Las principales especies de animales que se asientan en Laguna Honda son vertebradas, siempre con carácter temporal o estacional destacando la acuáticas, como la gallineta, fácilmente reconocible ya que emite un fuerte graznido, la focha común, que posee el pico blanco y plumaje negro o el ánade real, que posee un pico amarillo y es conocido también como pato común.
El principal aprovechamiento en el entorno de la Laguna Honda es el cultivo del olivo, que ocupa completamente las laderas vertientes y se extiende hasta el cinturón de vegetación palustre.
Uno de sus problemas derivados de este aprovechamiento es la vulnerabilidad del suelo a la erosión ante una deficiente cubierta vegetal, lo que favorece los procesos de colmatación en áreas litorales de la laguna y la posible entrada al ecosistema acuático de fertlizantes químicos y productos fitosanitarios ligados a esta actividad agrícola.
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