}

27/10/11

Ayuda para un mengibeño

Juan Cortes 'renació' hace cinco años con la extirpación de dos lipomas de grasa tras meses de espera. Ahora se le han vuelto a reproducir en otras dos partes del cuerpo: en una ingle y en el escroto, donde, entre testículo y testículo, almacena cuarenta kilos de grasa. 'No puedo más', dice.

Ya conoció lo que era padecer una “vida reducida”, un lustro después se siente “desamparado”. Porque los dos bultos que se le han desarrollado en su cuerpo le impiden realizar cualquier actividad cotidiana. Si levantarse ya es un suplicio para Cortés, cualquier desplazamiento es un reto. Llevar a cuestas dos lipomas, y más aún en las zonas donde le han crecido, no es fácil, sobre todo porque las posiciones son más mínimas que antes y porque el dolor es, en algunos casos, insoportable. Por eso, este mengibareño de 46 años vuelve a pedir ayuda, como ya hiciera en 2006 para operarse. Necesita cerca de diez mil euros para sufragar los gastos que acarreará la
intervención en una clínica de Barcelona, donde le harán una segunda extirpación. La que espera que sea la definitiva.

“Por ahora solo me han dicho que no son bultos malos, pero que pueden volverse malos”, indica Cortés. “Lo que me ha salido después de la operación de 2006 es peor. Me siento mucho peor con estos bultos”, manifiesta el mengibareño. El que más le molesta, dice, es el que le ha salido en la bolsa de los testículos, ya que se le ha ido endureciendo con el paso del tiempo, lo que le impide siquiera andar o estar en determinada posición durante más de unos minutos.

Rafaela Cortés, su esposa, ratifica lo mal que lo pasa cada día su marido. “No puede hacer nada, no puede moverse. Esto no es vida”, apunta la mujer, al tiempo que añade: “En estos momentos duele más que con los otros bultos, porque cuando le quitaron los anteriores pensamos que volvería a su vida normal, a su vida de antes. Teníamos ilusión de que todo fuera de nuevo normal”. Sin embargo, los problemas para Juan Cortés, lejos de desaparecer, han ido a más paulatinamente. “Ya no puedo más. Necesito una solución, necesito que alguien me ayude”.

arreglo. La solución pasa, se-gún indica el propio afectado, porque un nuevo equipo médico revise su estado y haga un diagnóstico más profundo que el anterior para averiguar, de una vez por todas, cuáles son las causas de la aparición de los bultos de grasa. Dice que no lo pueden intervenir en Jaén porque le indican que los medios públicos disponibles no se adaptan a sus necesidades. “Cuando me operaron la primera vez pensé que todo se arreglaría definitivamente. No ha sido así y yo lo que necesito es que los médicos estudien mi situación y mis problemas. Lo que no quiero es que me quiten los bultos y al poco tiempo me vuelvan a salir”, apunta.

No puede coger a su nieta por miedo a que se desequilibre y le pueda hacer daño. No es dueño de su cuerpo. Levantarse es sinónimo de dolor, al igual que acostarse, ir a trabajar —es vendedor ambulante— o, incluso, ver la televisión, porque cada cierto tiempo tiene que cambiar de posición. Pide ayuda para hacer una vida normal. Algo que olvidó de nuevo.

Fuente: Diario Jaén

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se coherente con tus comentarios e intenta ser educado y respetuoso en los mismos.

Contacto con el blog

Contacto con el blog
tupuebloydemas@hotmail.es