"El aceite de la vida" es el nombre con el que arranca una campaña un tanto peculiar. El entorno rural está viviendo un éxodo histórico. Crece el número de urbanitas en detrimento de los habitantes de los pueblos de España. Escuchar el llanto de un bebé es complicado en algunas aldeas, que ven cómo su población cada vez tiene más arrugas. Las consecuencias, entre otras muchas, está siendo el olvido de árboles imprescindibles. El rey por excelencia de las cosechas de la península es el olivo. A pesar de ser una potencia económica en exportación de aceite de oliva, nuestro país está viendo cómo el 70% de olivares en Andalucía o Aragón están completamente abandonados.
Tu olivo en directo por Skype
La vida entre ramas, moscas y vientos varios parece espantar a los más jóvenes, quienes prefieren el asfalto y las promesas que ofrecen las capitales. Sin embargo, en cada restaurante español, en cada bar o en cada cocina, ya sea en el campo o en la ciudad, no falta el aceite de oliva. Es una auténtica religión, pero la falta de mano de obra está obligando a que ONGs y asociaciones propongan iniciativas que buscan la colaboración de los urbanitas. Y, ¿de qué manera? Pues si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. En este caso, el olivo viajahasta tu casa.
La Fundación Lumiere, junto con otras cuatro ONGs, ofrecen ser padrino de un olivo en la Sierra de Segura (Jaén). Este territorio no está viviendo su mejor época. Juan Carlos Pérez Benítez, portavoz de la Fundación, asegura que "es una pena cómo está el campo y en qué nefastas condiciones está la montaña jienense".
Es así cómo se les ocurrió llevar el olivo a la ciudad, dando la posibilidad de cosechar tu propio aceite apadrinando un olivo. El padrino olivero estará informado de todo e incluso podrá ver a su árbol crecer a través de una webcam que está conectada en directo. De este modo, se asiste al crecimiento en vivo de la criatura que da aceitunas. Las tostadas con ese "aceite de la vida" supone, según Pérez Benitez, "un auténtico lujo para los paladares. El aceite es virgen extra con denominación de origen", arguye.
Existen diferentes tipos de Padrino de olivo. Por cada año de apadrinamiento corresponden 12 botellas (Apadrinamiento Oro) o 6 botellas (Apadrinamiento Plata) de aceite de oliva Virgen Extra de 50 cl personalizadas. Y no sólo se podrán ver tus aceitunas desde casa, también se puede visitar al árbol y tocarlo. El Padrino del Olivo recibirá las coordenadas de su ejemplar aceitunero y realizar posteriormente el denominado óleoturismo. Hay que matizar que el aceite obtenido es de la cosecha, no tiene por qué ser del olivo apadrinado.
Adrián Martín, cofundador del proyecto, explica que se han creado dos aplicaciones que permiten, a través de un código QR que se encuentra en el árbol, "identificar tu olivo". De esta forma, el agricultor, al escanear el código del olivo apadrinado, logra saber datos como años, podado, arado o cosecha. Esta información le llegaría directamente al padrino, recibiendo el estado de salud del tronco de forma instantánea.
La cultura aceitera impregna todas las esferas. Las clásicas tostadas con aceite de oliva virgen se encuentran en cualquier mesa de cualquier barrio. Pérez Benítez confiesa en qué consiste su ambicioso plan: "Apadrinar un total de 200.000 olivos para devolver a la vida a olivos centenarios". Y parece que lo están consiguiendo. Hasta ahora se han conseguido rescatar más de 3.000 olivos huérfanos. La estrategia del rescate olivero a través del apadrinamiento está teniendo "un gran éxito en las urbes y los nuevos padrinos están encantados con el aceite de primera calidad", aclara.
España es el país con mayor superficie territorial con olivos. En total, cuenta con 29 denominaciones de origen protegidas compuestas por más de 600.000 hectáreas. Actualmente, pueden llegar a vivir más de 100.000 familias de la actividad olivera en las 350 almazaras. Pero el número de personas dedicadas a las duras labores camperas estaría decreciendo a nivel mundial.
El portavoz de Lumiere comenta que "el 50% de aceite de oliva que se produce en el mundo pertenece a la Península Ibérica" y "que el hecho de vivir de espaldas a la naturaleza en torres de marfil urbanas" hace que se nos olvide de dónde proceden los alimentos que consumimos. No sólo los montes de la Sierra de Segura están padeciendo el abandono. En Teruel se calcula que más de 100.000 olivos han caído en el olvido. Una voz entrañable, la del tio Miguel, un octogenario aragonés protagonista de la campaña proaceitera, reclama "que los urbanitas colaboren para cuidar, conservar y mimar a estos árboles porque es su responsabilidad".
Fuente e imagen: Libremercado
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