Menuda época de nostalgia que hay en torno a los videojuegos. No es que sea algo exclusivamente actual, de hecho existen muchos aficionados que mantienen al día tecnologías y juegos de hace decenas de años como los arcades. Pero esta vez no vamos a hablar de cartuchos, discos compactos o diskettes, sino de los videojuegos en cassettes.
Esto os sonará si estáis familiarizados con los primeros ordenadores personales que funcionaban con un intérprete del lenguaje BASIC y que empezaron a acercar la informática al hogar, tanto a nivel de trabajo como de ocio. Pero sin internet y con bastante presencia de lo analógico en general, los juegos venían en cartucho o en cassette. ¿Cómo funcionaba este sistema?
De grandes bobinas a pequeñas
Según de qué generación seamos y qué dispositivos anden o hayan andado por casa, estaremos más o menos familiarizados con este formato físico de almacenamiento. Lo más popular fue su uso para la reproducción de música, como paso intermedio entre los discos de vinilo y los CDs (y como eternos e históricos habitantes de las tiendas en estaciones de servicio), sobre todo desde que Sony lanzase el Walkman pudiéndolo escuchar en cualquier sitio.
Los cassettes son un método de almacenamiento de datos en general
Pero en realidad los cassettes son un método de almacenamiento de datos en general, en concreto esa cinta magnética que se enrolla en las bobinas de su interior. Se trata de un medio de acceso secuencial (y no aleatorio, como un disco) que es la versión en miniatura de las bobinas más grandes (y más anchas, permitiendo un mayor almacenamiento) de los primeros ordenadores, aquellos que ocupaban habitaciones.
Así, por precio y por lo práctico (con salvedades) el formato cassette fue el de elección para poder distribuir programas para los ordenadores personales, entre los que se encontraban los juegos, y de ahí que los ordenadores incluyesen la pletina o pudiese adquirirse a parte, conectándose de manera digital o analógica al ordenador. De hecho, bastaba con una minicadena con doble pletina para hacer una copia de un juego.
Pulsar "play" y cruzar los dedos
No obstante, no era cuestión de poner la cinta y pulsar el play como cuando escuchábamos música. La carga de los juegos solía ser larga y además estaba el riesgo de que se produjesen errores durante la misma. Como explican en el siguiente vídeo de The 8-bit Guy, había que asegurarse en primer lugar de que la cinta ya estuviese en la parte magnética (al principio de los cassettes hay una parte de plástico, sin contenido).
Según el ordenador y el volumen de datos, la carga podía ir desde menos de un minuto hasta 15 minutos o más
Aquí de hecho explican en detalle cómo se conectaban estos equipos según el caso y que según el ordenador y el volumen de datos la carga podía ir desde menos de un minuto hasta 15 minutos o más. También cómo pueden emularse estos juegos desde un móvil actual, teniendo un tiempo de carga de sólo 12 segundos.
De hecho, como suele ocurrir con las tecnologías antiguas, hay muchos coleccionistas tanto de estos primeros ordenadores como los cassettes, los cuales eran más económicos que los cartuchos (aunque el reproductor en ocasiones podía ser más caro que el propio ordenador).
En Retrovideogaming vemos un ejemplo, con numerosos cassettes en este caso para Commodore 64. Aquí podemos ver un vídeo de la carga del juego de Cazafantasmas, que según cuenta el usuario tardaba unos 10 minutos en poner una pantalla de PRESS ANY KEY tras la cual había al menos 10 minutos más de carga, en total unos 30 minutos.
Commando fue un juego muy popular también en la época. También podemos encontrar vídeos del mismo, en este caso de su versión de nuevo para Commodore:
Fuente e imagen: xataka
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se coherente con tus comentarios e intenta ser educado y respetuoso en los mismos.