¿Se imagina cómo sería salir del restaurante en el que acaba de comer y toparse con la oscuridad de la noche? Es lo que sucede en países como Reino Unido, donde el sol se esconde a partir de las cuatro de la tarde en estas fechas. Siempre y cuando no esté tapado por las nubes, claro. Los bares, restaurantes y comercios patrios no han tardado en alzar la voz contra un hipotético cambio de huso horario, una medida que “acabaría con el principal atractivo de España como destino turístico”. Así se ha pronunciado ante este diario el presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), Aurelio del Pino.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ya avanzó que buscaría un pacto para que los empleados acaben su jornada laboral a las seis de la tarde con carácter general. También se comprometió a estudiar la opción de cambiar el huso horarioen España, pero esta última propuesta no ha sentado nada bien a los comerciantes y hosteleros. Ambos han enviado una carta a la titular del departamento parareunirse con ella cuanto antes, como ha podido saber este diario.
Por eso ha pedido a la ministra que analice los efectos de ese hipotético cambio y lo reconsidere, no sin antes reunirse con los sectores afectados. Del Pino explica que el manuscrito está firmado por ACES y otras patronales de comercio, restauración y hostelería, si bien aún no han obtenido respuesta más allá del acuse de recibo. “Estamos a la espera. Queremos que se nos escuche”.
También ha opinado sobre el pacto que pretende alcanzar el Gobierno para intentar evitar esas jornadas maratonianas en las que los empleados comienzan a trabajar a una hora prudente y no salen hasta pasadas las ocho de la tarde, una realidad que no sólo no nos convierte en seres más productivos -más bien todo lo contrario-, sino que hace casi imposible encontrar el equilibrio entre la vida laboral y familiar. Más difícil lo tienen si cabe los que trabajan en el comercio.
“Todo lo que sirva para que la gente concilie mejor es bienvenido, pero eso se debe trabajar en la negociación colectiva de los convenios de cada empresa”. El Gobierno no debería entrar a legislar en un aspecto que deben acordar los agentes sociales, sugiere Del Pino. Y plantea los inconvenientes de cerrar los supermercados antes para que los cajeros también puedan conciliar. “Los consumidores van a comprar cuando salen de trabajar. No podemos quitarles esa prestación, máxime en un país cuyo motor principal es el sector servicios”.
“Todo lo que sirva para que la gente concilie mejor es bienvenido, pero eso se debe trabajar en la negociación colectiva de los convenios de cada empresa”. El Gobierno no debería entrar a legislar en un aspecto que deben acordar los agentes sociales, sugiere Del Pino. Y plantea los inconvenientes de cerrar los supermercados antes para que los cajeros también puedan conciliar. “Los consumidores van a comprar cuando salen de trabajar. No podemos quitarles esa prestación, máxime en un país cuyo motor principal es el sector servicios”.
Del Pino defiende la libertad de horarios comerciales en todas las comunidades autónomas al considerar que “no tiene sentido restringirlos” en un contexto en el que los clientes tienen la posibilidad de comprar a través de internet. Hace unos días, el Tribunal Constitucional anuló varias de estas limitaciones en Cataluña -como las que obligaban a cerrar los días de Navidad, Año Nuevo y Reyes- porque no respetaban la normativa básica estatal que establece la apertura en días festivos de atractivo comercial.
“Que exista libertad no significa que las empresas estén obligadas a abrir siempre. Lo que no tiene sentido es perjudicar a los consumidores y al comercio de tu ciudad”, puntualiza el presidente de ACES tras recordar que los domingos suelen ser el primer o segundo día de más venta en los súper.
Carta a Montoro y De Guindos
Fátima Báñez no es la única ministra que ha recibido una carta pocos días antes de que lleguen sus majestades los Reyes Magos. ACES y otras patronales del sector agroalimentario quieren verse con los titulares de Economía y Hacienda, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, para mostrar su rechazo a las últimas medidas anunciadas en materia fiscal. La modificación del impuesto de sociedades, la subida impositiva en alcohol y tabaco y la creación de un nuevo tributo que gravará las bebidas azucaradas han terminado de disgustar a este sector.
“El Gobierno está generando inseguridad jurídica en el sector empresarial. No se pueden cambiar las reglas del juego a mitad de partido”. Del Pino cree que las subidas impositivas se traducirán en una pérdida de empleo y en una ralentización de la actividad económica, eso sin contar con los efectos negativos en la inversión. “Nos preocupa que se vaya a utilizar la excusa medioambiental para gravar la actividad de las empresas comerciales”, añade no sin antes criticar el impuesto a las bebidas azucaradas. “Traslada la imagen de que un producto es nocivo de por sí cuando no tiene por qué serlo”, opina.
Fuente e imagen: El Confidencial
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