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2/9/13

Un acto vandálico decapita una réplica en piedra de la Virgen de Castillo en Vilches.

Nunca entenderé el atentar contra el material artístico e histórico de una localidad, por mínimo e insignificante que sea.

El párroco reclamó en la homilía que si alguien tiene la cabeza, que se encuentra desaparecida, la devuelva, aunque sea de manera anónima

La imagen en piedra de la Virgen del Castillo, ubicada dentro de una pequeña hornacina en un frontón triangular sobre la puerta de entrada al santuario, ha aparecido decapitada. La escultura, réplica de una primera talla de la patrona de Vilches, manierista y barroca destruida durante la Guerra Civil, ha sido descubierta sobre su pequeña peana sin la cabeza y sin la media luna que sostiene la base de la talla.
Todo da pie a pensar que se trata de una acción vándala ejecutada a pedradas. La media luna sí ha sido encontrada, no la cabeza que probablemente han hecho desaparecer.
El párroco de Vilches, Vicente Pablo Morcillo, en la homilía celebrada el pasado viernes dentro de la novena que tiene lugar de cara a la festividad de la Virgen del día 8, mostró a su feligreses el estado en el que ha quedado la imagen de piedra. Para la gran mayoría, que desconocía el suceso, resultó una desagradable sorpresa. Ante la conmoción general, el párroco pidió que si alguien tiene o sabe algo de la cabeza de la Virgen la entregue, aunque sea de manera anónima, para proceder a la restauración.

Hechos delictivos
En los últimos días las acciones contra el patrimonio y el civismo se vienen repitiendo de forma preocupante en Vilches. El Parque del Cerrillo, inaugurado recientemente para subsanar la falta de espacio verde en el casco antiguo, ha sufrido destrozos. Un banco roto, un árbol sesgado, una farola rota, cristales cuarteados, gomas de riego desplazadas, acciones injustificables a las que desde el Ayuntamiento les han puesto nombre y apellidos de forma que el tema está en la Justicia.
En el propio templo parroquial San Miguel Arcángel ardió hace un lustro la Virgen de los Dolores. En aquella ocasión todo dio pie a pensar que la popular talla, que cada Viernes Santo procesiona en la Semana Santa vilcheña, había prendido por la acción de un pirómano. La talla fue restaurada por el imaginero hispalense Juan Manuel Miñarro, pero nadie pagó por el deleznable delito.
Fuente e imagen: Diario Ideal

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