Ya lo he comentado en la página de facebook de nuestro blog: https://www.facebook.com/TuPuebloYDemas?ref=ts&fref=ts, el caso es que la imagen (subida por el perfil en facebook de la Hermandad de San Juan de la Cruz), como parte de nuestra historia pasada y en relación con la Semana Santa, viene que ni pintada en el día de hoy.
Si no os suenan de nada los "pasos" de esta imagen es normal. La fotografía data de 1934 y el comentario explicativo de la misma, de Juan M. Patón (pregonero de la S.S. carolinense de este año 2013), que os copio a continuación, es, después de su lectura, todo un compendio histórico de lo ocurrido en ese año, el porqué de esta procesión, de lo referente a años posteriores...
Esta foto es muy curiosa, pues corresponde al Viernes Santo 30 de Marzo de 1934. El día anterior, Jueves Santo, había concluido el Quinario que la Cofradía de la Expiración (hoy Buena Muerte) consagró a su titular. Ante la aparente relajación anticlerical de la República, un clima menos hostil hace replantearse a las 6 cofradias de pasión existentes (columna, nazareno, maria magdalena, expiración, dolores, san juan) la salida conjunta el Viernes Santo, hecho que refleja esta foto.
Conviene destacar que en 1931, a pesar de las tensiones existentes, pudieron efectuar su salida las procesiones con normalidad, sin destacarse ningún altercado. En 1932, las procesiones quedaron suspendidas, por considerar que no se daban las condiciones de seguridad para que éstas salieran. No obstante se celebraron los cultos con total brillantez en el interior del templo. Igual ocurre en 1933, destacando el diario ABC la concurrencia a los oficios que se celebraron a las o de la mañana.
1934, el año de esta foto, queda explicado arriba. Al año siguiente, 1935, las cofradías acuerdan, esta vez si, realizar todas las procesiones, pero la falta de medios económicos, obliga a éstas a realizar una campaña para conseguir fondos
Y llegamos a 1936, donde en medio de un clima pre-revolucionario, el alcalde prohíbe la asistencia de la banda municipal a las procesiones, haciendo que ésta ofreciera un concierto de música y asistiera a amenizar a una 'comida de beneficencia' que la municipalidad preparó el viernes santo, donde por supuesto se sirvió carne a los comensales. Tres meses después, una partida anticatólica, pero sobre todo ignorante, se disponía a destruir, en medio de la barbarie iconoclasta, toda la imaginería procesional carolinense, además de llevarse por delante el órgano monumental traído del seminario de jesuitas de Cazorla en el siglo XVIII, lienzos de la escuela de Ribera, una virgen de las angustias de alabastro del siglo xvi, la imaginería polícroma de Sabatini (siglo XVIII) y el mayor de los tesoros, el archivo parroquial que contenía toda la historia de la colonización, la cual sería hoy una joya documental de valor incalculable.
La triste consecuencia, que a día de hoy pagamos, es la de haber perdido un ingente patrimonio cultural de primer nivel, que hoy dia seria envidia de extraños y orgullo propio, por culpa de absurdos fanatismos.
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