Dedican los días libres de noviembre y diciembre a la búsqueda del níscalo, el hongo anaranjado de los pinos de compacta y blanca carne, más conocido en la zona como guíscano. Son Juan Pérez, técnico en mejoras forestales, y Ángel Cerrillo, temporero. Quesadeños ambos, para ellos el guíscano representa un auténtico objeto de devoción.
-¿Cómo va la temporada?
-Regular, las lluvias están siendo abundantes, pero han llegado tarde. No estamos recogiendo las cantidades que esperábamos porque el guíscano sale en lugares diferentes a los acostumbrados y porque la crisis hace que salgan buscadores hasta debajo de las piedras. Este año hemos visto a muchísimos rumanos buscando guíscanos.
-¿Se pagan bien?
-Han llegado a estar a 10 euros el kilo. Ahora lo vendemos a 6.
-¿Por dónde buscan?
-Acudimos a lugares muy diferentes, normalmente a pinos laricios y pinos piñoneros, aunque en las zonas de vega, cerca de Quesada, se encuentran guíscanos muy suculentos. Los del Parque Natural son jugosos y aguantan bien en el frigorífico. Los de Sierra Morena son más perecederos y abundantes en arena, pero se ven con facilidad. Hemos traído bastantes guíscanos de La Calahorra, cerca de Guadix. También de nuestra Sierra de Quesada, que son los mejores. Hemos conseguido ejemplares de 700 y 800 gramos.
- Su venta debe representar un respiro.
-Y tanto, supone una ayuda para la economía familiar, más este año con la crisis y una campaña de aceituna tan pobre.
-¿Coger setas tiene riesgos?
-Sí que los tiene. Con las setas no se pueden hacer experimentos, hay que coger sólo las que conoces. La mayoría son comestibles, pero ante la duda es mejor no cogerlas. Las personas de elevada edad no deben adentrarse en el monte, sobre todo si la climatología es mala y el día tiene poca luz.
-¿Qué cualidades ha de tener el buen setero?
- Tiene que observar detenidamente el medio, el entorno, contemplar el tipo de pino, estudiar el suelo. El níscalo es un descomponedor comestible fácil de identificar por su sombrero de círculos concéntricos en tonos anaranjados casi rojizos. Otras setas saltan menos a la vista. Para que se dé bien el día hace falta esfuerzo y un poco de suerte.
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