
Feng Jianmei fue obligada a abortar a los siete meses de embarazo porque ya tiene un hijo. Así de duro. Y es que China no se anda con chiquitas en esta cuestión. La oficina del control de natalidad trasladó a Feng Jianmei que tendría que abonar 4.000 euros en concepto de multas si quería dar a luz a su segundo hijo. Como la familia de la chica no podía hacer frente a esta cantidad, Feng tuvo que abortar.
Feng Jianmei está desconsolada. Su madre ha explicado que miembros del departamento de planificación familiar irrumpieron en su casa, la arrestaron y la llevaron al hospital donde le pusieron una inyección letal para el bebé, que murió 36 horas después.
Li Yuongjou, subjefe del Departamento de la Familia, asegura que Feng Jianmei no fue obligada a abortar, "ella misma accedió al aborto". Además, ha añadido que en China el aborto está permitido hasta las 28 semanas. En cambio, ha admitido que en su ciudad la ley del control de natalidad no se había hecho cumplir durante dos años y las autoridades están actuando más enérgicamente.
Fuente e imagen: Diario Ideal
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