Fresas anti alcohol

El consumo de esta fruta protege el estómago de los daños que la ingesta de alcohol causa en sus paredes, según un estudio.
Una de las fantasías eróticas más comunes tiene que ver con fresas y champán. «El champán aumenta el sabor de las fresas», aseguró Richard Gere a Julia Roberts la noche que la conquistó en 'PrettyWoman'. Sea o no verdadero, lo que sí es cierto es que la combinación de ambos -de la fruta y el espumoso, se entiende- funciona, al menos para el organismo. Una investigación europea con participación española ha confirmado que el consumo de fresas protege al estómago de los daños que causa el alcohol. El trabajo se ha hecho, de momento, con ratones de laboratorio, pero sus autores están tan satisfechos de los resultados obtenidos que creen posible el desarrollo de protectores gástricos elaborados a base de estos frutos rojos.

Uno de los peores enemigos a los que puede enfrentarse el estómago es el alcohol. Su toma continuada aumenta de tal forma la producción de ácido gástrico que puede producir úlceras y hemorragias. Irrita las paredes estomacales, vuelve más fláccidos sus músculos y daña la generación de la mucosa protectora. Lo peor, según se sabe desde hace tiempo, es que la toma prolongada de bebidas alcohólicas guarda relación directa con la aparición de cáncer de estómago.

El estudio sobre la capacidad protectora de las fresas ha contado con la participación de
investigadores italianos, serbios y españoles de las Universidades de Granada y Barcelona, que aseguran que las fresas pueden proteger a los mamíferos de los daños que el alcohol genera en el estómago. Lo vieron con un grupo de ratones. A varios les dieron para comer extracto de fresa y luego les suministraron a todos etanol, el alcohol presente en bebidas como el ron y el vodka. Lo que descubrieron es que el estómago de los que habían tomado previamente fruta sufrió menos lesiones.

La farmacéutica Sara Tulipani, de la Universidad de Barcelona, explicó que los efectos positivos de las fresas están relacionados tanto con la capacidad antioxidante de esta fruta como con su poder para activar las defensas antienvejecimiento. «Una dieta rica en fresas puede ejercer un efecto beneficioso en la prevención de enfermedades gástricas ligadas a la generación de radicales libres y otras reactivas del oxigeno», explicó.
La gastritis, que es la inflamación de la mucosa del estómago, se produce no sólo por la toma de alcohol, sino también por infecciones víricas y la acción de fármacos antiinflamatorios, como la aspirina. «Tomar fresas durante o después de la patología podría aliviar la lesión en la mucosa gástrica», sugirió el coordinador de la investigación, el italiano Mauri zio Battino, de la Universidad de la Marche. Aunque quizás sea mejor moderar el consumo de alcohol y, si no hay otro remedio, evitarlo.

Fuente de la información: Diario Ideal