Indignación en La Fernandina por el cierre de la capilla de la aldea.

Los creyentes de La Fernandina pueden rezar en cualquier sitio menos en la capilla de este poblado de La Carolina. La ermita, según denuncian vecinos, está cerrada desde que, en noviembre de 2009, el cura decidió cerrarla. Los feligreses exigen que el lugar de culto sea reabierto.

En La Fernandina, una aldea de La Carolina en la que viven cien personas, tenían una iglesia que fue derruida. El empeño de los cristianos del poblado era tener un lugar en el que escuchar misa y, en 2000, lo lograron. Pero sólo han podido disfrutar el templo durante... nueve años porque, en noviembre del pasado año, la capilla fue cerrada. El presidente de la asociación de vecinos del anejo, Pablo Lucas, no entiende el motivo que ha llevado a que el sacerdote tomara está decisión. “Le hemos pedido explicaciones en muchas ocasiones y sólo se va por la tangente”, explica.

El nuevo pastor, el mismo de La Inmaculada de La Carolina, llegó al poblado hace un año y medio, recuerda el portavoz vecinal. Hasta noviembre de 2009, cuando ofició su última misa en La Fernandina, en palabra de Lucas, “la relación con él había sido correcta”. “Ahora dice que ni tomamos la Comunión y que no merece la pena venir hasta aquí”, lamenta el presidente de la asociación. Además, aunque con un “trato cordial”, lo cierto, critica, es que el número de celebraciones, era menor que cuando los oficiaban los anteriores curas que tenían asignada la capilla. “Daba misa cada seis meses o, cuando se acordaba. Hasta entonces, había dos por mes, el primer y tercer domingo”, recuerda.

El objetivo de los feligreses es que, al menos, haya una celebración religiosa cada treinta días, deja claro Pablo Lucas, que no oculta que hay un grupo de vecinos que está dispuesto a movilizarse para lograrlo. Una de las primeras medidas que van a tomar será la de recoger firmas. También tienen claro que llamarán a la puerta del obispo de Jaén, Ramón del Hoyo, para lograrlo. En una visita pastoral al anejo carolinense, realizada poco después de llegar, el prelado, les animó, como comenta el presidente de la asociación, a “educar a sus hijos en la Iglesia” y a practicar la fe. “¿Cómo vamos a lograrlo si no tenemos lugar para hacerlo?”, se pregunta. A este y a otros vecinos, incluso, les da lo mismo que sea el actual cura u otro, lo que quieren es que la situación se normalice y que lo haga lo antes posible. La capilla está en un edificio municipal, las antiguas casas de los maestros, que es centro social y también consultorio.
Este periódico intentó ayer, sin éxito, conocer la versión del sacerdote sobre las quejas

Fuente de la noticia: http://www.diariojaen.es/index.php/menuprovincia/58-notprovinciales/24949-indignacion-en-la-fernandina-por-el-cierre-de-la-capilla-de-la-aldea