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19/8/18

Del Ebro al Manzanares, la mosca negra coloniza España: "Su mordisco es horrible"

El año pasado causó 28.500 consultas médicas en Aragón. Este verano ha llegado a Madrid y los expertos creen que su dolorosa picadura será cada vez más habitual por todo el país

En el barrio madrileño de Butarque, en Villaverde (sureste de Madrid), el calor del verano ha venido con sorpresa. A los pocos días de que las temperaturas empezasen a subir, picaduras de un tamaño y dolor exagerados se multiplicaron por los brazos y piernas de los vecinos. “Siempre ha habido picaduras porque tenemos el río Manzanares y cuatro depuradoras cerca, pero lo de este año está siendo descomunal”, relata Verónica Parra, presidenta de la asociación de vecinos del barrio, que este año ha sufrido varias veces hinchazones por picaduras que nada tenían que ver con la de veranos anteriores.
Su hija también tiene la pierna acribillada y las farmacias de la zona no dan abasto a vender antimosquitos . "Hemos tenido que reponer varias veces, y los casos más graves les mandamos al médico. Vienen muchísimos, adultos y niños, y no es como otros años que eran simples mosquitos, esto es la mosca negra", explica María Jesús, que regenta una farmacia en la avenida principal del barrio. David, otro vecino, acaba de llegar de vacaciones y, aunque todavía no tiene ninguna picadura, no deja de espantar moscas y mosquitos mientras habla a la orilla del río Manzanares, a unos metros de los primeros bloques de edificios que, desde hace años, se protegen con mosquiteras. "Cuando nos quejamos nos dijeron que no había mosca negra, luego que un poco y ahora ya han tenido que reconocer que aquí hay un problema y han empezado a fumigar", se queja.

Los vecinos de Butarque, en Villaverde, conviven con los mosquitos y la mosca negra que salen del cercano Manzanares (M.Z.)
Los vecinos de Butarque, en Villaverde, conviven con los mosquitos y la mosca negra que salen del cercano Manzanares (M.Z.)
Aunque en un primer momento el Ayuntamiento de Madrid negó que se tratase de mosca negra, cuatro días después, el pasado martes, tuvo que reconocer la presencia de este simúlido en el río Manzanares. Ha sido la primera vez que se detectaba a su paso por la ciudad, aunque es un visitante veraniego habitual en otras zonas de España. Allí donde haya un río limpio, con corriente y con poco caudal, como es el caso del Manzanares, encuentra un hábitat idóneo para empezar a desarrollarse.
“La mejora de las condiciones de depuración de los ríos españoles, paradójicamente, hace que las larvas puedan arraigar mejor en ellos y que las estemos encontrando en más partes de España”, explica Pedro Francisco Sánchez, responsable de del servicio de Sanidad Ambiental de la consejería de Salud de Murcia. En esta comunidad, desde hace dos años también ha aparecido esta mosca por la zona de la vega media del Segura, otro río que ha sido regenerado en los últimos años.
El catedrático experto en patología animal Javier Lucientes también vincula su aparición a la limpieza a los ríos. “Cada vez estamos mejorando más la calidad química de nuestros ríos y eso está favoreciendo que esta especie que es muy mediterránea esté colonizando zonas que antiguamente tenían más contaminación, como es el caso de Madrid”. Además apunta también al cambio ambiental, que genera inviernos más suaves a los que sobreviven las larvas, y veranos más calurosos que aceleran su proceso de desarrollo. “Cuando se adapta una zona, lo que ocurre es que el impacto inicial es muy fuerte, que es lo que está pasando en la capital”, continúa.
En el año 2016, el Ayuntamiento de Madrid inició un plan de regeneración del río que atraviesa la capital. Con la apertura de las compuertas y el aumento en las corrientes de su cuenca, han vuelto a aparecer más de 50 especies de aves y ha crecido la población de peces y plantas. La finalización del plan (en mayo) ha coincidido con la aparición de la mosca negra seis kilómetros río abajo de la zona regenerada pero, por el momento, el ayuntamiento niega que la aparición de la mosca negra tenga que ver con esta limpieza, aunque los expertos coinciden en señalar que las condiciones del Manzanares son ideales para la proliferación de este insecto.

Una década en el Ebro

La mosca negra es una visitante habitual en las zonas que atraviesa el río Ebro. La primera vez que se tuvo constancia de una picadura de esta especie fue en 1997, en Cataluña, pero la primera plaga no se produjo hasta 2006, cuando 2.005 personas fueron atendidas por la sanidad catalana por sus picaduras. El año pasado, en Aragón, provocó 28.500 consultas médicas. Sin embargo, este verano las fuertes crecidas del caudal por las intensas lluvias del Pirineo han arrastrado las algas y vegetación donde les gusta posar sus huevos, por lo que su presencia ha disminuido y, con ella, la molestias de los aragoneses.
Sin embargo, sí han aparecido en la zona del bajo Ebro. En la localidad de Benifallet, en Tarragona, no ha quedado prácticamente un vecino sin sufrir a “la mosqueta”. “Ha sido horrible, nosotros celebramos la feria a finales de julio al lado del río y era insoportable, aunque te pusieras repelente. No se podía ni salir de casa”, señala, Mercè Pedret, la alcaldesa de esta localidad de 800 habitantes. “También ha afectado mucho a los labradores, porque no podían salir a trabajar a las horas de menos calor precisamente porque es cuando más "mosquetas" había”.

Fuente e imagen: ElConfidencial

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