10.017 hectáreas arrasadas.

El de Quesada-Huesa-Larva-Pozo Alcón es el segundo mayor fuego de Andalucía en este siglo y el sexto de España.

Medio Ambiente estima que al menos necesitará una semana para apagar todos los rescoldos y prepara ya la restauración

El incendio que se declaró el pasado 5 de julio en el término municipal de Quesada a las puertas del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas ha quemado 10.017 hectáreas, según las primeras estimaciones del plan contra incendios de la Junta de Andalucía (Infoca). Es el segundo mayor incendio forestal registrado en la comunidad autónoma en lo que va de siglo, y el sexto de toda España en el mismo periodo, según se desprende de los datos recopilados en el portal 'España en llamas'. Una catástrofe ecológica de primer nivel en una zona de alta sensibilidad ambiental, pues los montes de la Dehesa del Guadiana son la frontera y la principal defensa contra el desierto que ya se ha apoderado del sureste penínsular. Ha afectado a los términos municipales de Quesada-Huesa-Cabra-Pozo Alcón y Larva, según la Junta.

Los retenes siguen trabajando dentro del perímetro arrasado «para refrescar y apagar tocones que estén todavía ardiendo y estar atentos a fuegos que puedan surgir desde las raíces de los pinos. Esperemos que en una semana acabemos con estos trabajos y lo podamos dar por extinguido», dijo ayer el delegado de Medio Ambiente, Sebastián Quirós.

«Ya estamos trabajando para el desarrollo de su proyecto de regeneración forestal de la zona. No podemos dejar que un incendio por causas naturales nos abra la puerta del desierto», añadió Quirós.

«Lo más urgente ahora es frenar la erosión del suelo», ha explicado el profesor Antonio J. Manzaneda, especialista en restauración ambiental de la Universidad de Jaén que ha trabajado en proyectos en la zona. Habrá que hacer fajas y albarradas para sujetar el suelo, muy poco fértil por su alto contenido en yeso y muy expuesto a arrastres. «La Junta de Andalucía tiene experiencia en este tipo de trabajos, y saben hacerlos bien. Se puede aprovechar incluso parte de la madera quemada para retener el suelo».

La climatología también es importante. Lluvias torrenciales en tormentas de verano o en el otoño serían catastróficas por la erosión en montes muy expuestos y con la cubierta vegetal arrasada. Pero que no llueva este año también sería nefasto, porque es necesario que la ceniza se disuelva y mineralice.

El profesor Manzaneda indica que el espartal y la vegetación autóctona en la zona pueden ser la mejor solución, pues se regeneran muy rápidamente (el fuego forma parte del ciclo natural en estas zonas semiáridas).

Más complicado lo van a tener los pinares. En Dehesa del Guadiana hay aproximadamente 15.000 hectáreas de pinos, procedentes de repoblaciones realizadas desde los años 50. Buena parte de ellas han quedado arrasadas. «El pino no se da bien aquí. Después de tantos años de repoblaciones, son pinos de apenas tres metros», indica el experto.

Movimientos políticos.

Los alcaldes están ya a la espera de que el consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, los cite para ver qué medidas se van a poner en marcha para paliar los daños del fuego en las economías locales, seriamente afectadas.

El portavoz del grupo popular en la Diputación Provincial, Miguel Contreras, anunció ayer que su formación ha registrado un documento en el que propone la aprobación de un texto consensuado por los grupos políticos para llevar a cabo una declaración institucional relativa al incendio de Quesada y que sea consensuada con todos los grupos políticos con representación en dicha institución.

Contreras apuntó que este incendio «ha supuesto un grave perjuicio para los municipios de Quesada, Larva, Huesa y Cabra del Santo Cristo, tanto desde el punto de vista económico como medioambiental». Por ello, indicó, «se hace necesario que todas las administraciones aúnen esfuerzos para poner en marcha planes de actuación que ayuden a paliar la dramática situación y daño que ha causado el incendio».

Fuente e imagen: Diario Ideal