Los tres denunciantes conminaron al camarero para que cesasen los cantes e hicieron uso del libro de reclamaciones
El señor Scrooge -el viejo gruñón de 'Canción de Navidad' de Dickens- estuvo el jueves por los bares del casco antiguo de Jaén. Tres señores Scrooge, para ser más preciso. El camarero que tuvo que lidiar con ellos no sale de su asombro: antes de marcharse, los tres señores Scrooge le dejaron tres escritos en el libro de reclamaciones del establecimiento. El motivo de la queja -una denuncia administrativa que va ahora a la Junta de Andalucía por si hubiera alguna infracción sancionable- es que en el bar había otros clientes cantando villancicos.
De la hora de las comidas se había pasado ya a la de los cafés. Hubo incluso quien se atrevió con
bebidas espirituosas, bien a palo seco, 'on the rocks' o en combinado, que en casa bien surtida de licores había para todos. Calientes los corazones y las gargantas, la concurrencia se animó a cantar villancicos. Algo habitual en estas fechas.
Es costumbre.
No consta que la calidad artística de la interpretación fuera tan deleznable que mereciese una denuncia administrativa. Ni que los cantantes se deslizasen cuesta abajo a base de ordinarieces o versiones soeces de los cánticos populares. Solo consta que cantaron villancicos. Tres señores que estaban en una mesa cercana a la de los cantantes le pidieron al camarero que les pidiese que cesara el jolgorio y el cachondeo navideño. El camarero les indicó que aquello era un bar, y que en fiestas navideñas es costumbre un poco de cante, siempre que no derivase en escándalo. Y aquel no era el caso.
La respuesta no debió de ser del agrado de los tres caballeros, que antes de marcharse a las navidades futuras dejaron su autógrafo en tres hojas del libro de reclamaciones.
Con la firma de una hoja de quejas se inicia un procedimiento administrativo reglado. Una copia se la quedan los firmantes, que así tienen pruebas de lo que denunciaron. Otra va para el dueño del establecimiento, que tiene diez días para darles a los denunciantes una explicación. Y otra copia va a los servicios de consumo de la Junta de Andalucía, que deberán estudiar la queja en relación a la normativa - en este caso sobre derecho de admisión y comportamiento en establecimientos públicos- y actuar en consecuencia.
Las fuentes consultadas en el mundo de los consumidores han indicado que lo normal es que esta reclamación en concreto no vaya a ninguna parte. «Lo habitual son reclamaciones por la calidad de los alimentos o del servicio y por temas de precios. Pero algo así... Y prohibir que se canten villancicos en Navidad sería impensable. Es más una cosa de sentido común.», precisan. Y de un poco de espíritu navideño.
Fuente: Diario Ideal
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se coherente con tus comentarios e intenta ser educado y respetuoso en los mismos.