El fatalismo de la selección española ha dado paso a un ciclo glorioso.
España está de moda en el fútbol. Se acabó el fatalismo de cuartos de final, de los árbitros y de los goles estilo Cardeñosa. España no para de ganar, sea en la categoría que sea, y con un estilo reconocible. Aquello que dijo Gary Lineker de "el fútbol es un deporte de once contra once donde siempre gana Alemania" ya puede ser cambiado.El Europeo sub’19 conquistado el lunes en Rumanía es sólo el último éxito de un
trabajo bien hecho. Desde que la generación de Xavi e Iker Casillas –aunque era suplente- se proclamara campeona del mundo sub’20 en Nigeria en 1999, el éxito no nos ha abandonado.
Pocos éxitos, muchas decepciones
Hasta entonces, apenas podíamos contar con dos éxitos a nivel internacional de relumbrón. En blanco y negro queda aquel mítico gol de Marcelino en la final de la Eurocopa organizada en nuestro país en 1964 ante la Unión Soviética. 28 años han tenido que pasar para repetir tal éxito.
Antes, en 1992, tuvo lugar el otro gran triunfo. Fue en los Juegos Olímpicos de Barcelona cuando Kiko Narváez consiguió el tercer gol en los minutos finales de una final de infarto ante Polonia. Por primera vez, España se colgó una medalla de oro olímpica.
Sin embargo, la historia cambió. El momento que ejemplifica ese cambio de tendencia fue la tanda de penaltis contra Italia en la Eurocopa del 2008. Hasta entonces, el codazo de Tassotti en el Mundial de 1994, la cantada de Zubizarreta en 1998 ante Nigeria o los errores de Al-Gandhour en Corea 2002 habían apartado a España de cotas mayores. El penalti transformado por Cesc en Austria y Suiza cambió la historia para siempre.
Un ciclo de éxitos
Anteriormente nos teníamos que conformar con los éxitos de las categorías inferiores de jugadores que después no cuajaban con la absoluta. El palmarés es impresionante. En la categoría sub’16/17 contamos con ocho campeonatos de Europa y dos Meridian Cup desde 1986.
En la sub’ 19/20, además del reseñado campeonato del mundo en 1999, se han conseguido seis campeonatos de Europa desde 1995 y, en la sub’21, tres cetros continentales, el último este mismo verano. Es la primera vez en la historia que un país gana el mismo año el Europeo sub’19 y sub’21.
Las causas
Si las causas eran variadas cuando España acumulaba fracasos en las grandes competiciones, ahora que la selección no para de levantar trofeos los responsables son varios.
España tiene un estilo de juego definido. Da igual la categoría que juegue o los futbolistas que estén en el campo. El estilo es siempre el mismo. Mimo por el balón, gusto por el buen juego y siempre teniendo la posesión. Es el estilo que impuso Luis Aragonés en la Eurocopa de 2008 y que ha continuado Vicente del Bosque en la absoluta.
Otro de los artífices de todos estos triunfos es Fernando Hierro. En sus cuatro años al frente de la novedosa dirección deportiva de la Federación, España ha acumulado cinco títulos. Ha dejado la Federación sin hacer ruido, pero el trabajo bien hecho sigue cosechando sus frutos. El próximo puede ser el Mundial sub’20 que se está disputando en Colombia.
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